Un triunfo que revaloriza

AHZ - 28 octubre 2011

Tardó en abrirse la botella, demasiado, pero lo hizo de forma explosiva, brillante. Acabó siendo una botella de agua de Bilbao. El momento y la forma ideal para nostálgicos, con un San Mamés rápido donde el fútbol se apreciaba a través de una cortina de agua por los algo menos de treinta mil espectadores que dignificaron la grada. Por más que se afanen Roures y el mercenario que preside la Liga en perjudicar al Athletic, la afición rojiblanca sigue demostrando que no secundará la estrategia de los dos gánsteres mencionados, esa que persigue vaciar los estadios de espectadores para llenar los hogares de decodificadores.

Y eso que la cosa comenzó, de nuevo, cuesta arriba, con un Atlético mejor plantado, que presionaba bien la salida del balón al Athletic y que dispuso de las primeras ocasiones para romper el partido. Gorka, ante Falcao, se limitó a hacer de portero, algo que no debiera ser ni noticia ni motivo de felicitación, pero que vistos los precedentes toca celebrar.

Cuando más se le complicaban las cosas a los locales, con retirada de Amorebieta por una de esas lesiones musculares provocadas por la falta de rotación y un calendario malintencionado, el Atlético se replegó, permitiendo que el desaparecido Iturraspe conectase algo con un Javi Martínez del que le separaron hasta entonces demasiados metros, y de que Muniain, bien anulado, o de Marcos llegasen con algo más de peligro. Aun así, el encuentro se fue al descanso muy trabado, con Llorente apareciendo de forma muy esporádica, y con los visitantes con la tranquilidad de haber anulado bien a los zurigorris. Colaboró con ello el pequeño de los Teixeira, injusto, desconcertante, con criterio dispar, que se empeña cada jornada liguera, con la inestimable colaboración de su hermano José Antonio, en que mamá Vitienes sea la mujer más insultada de la Península.

La reanudación trajo más sustos y preocupaciones. Otra lesión muscular de Javi Martínez, intrascendente para Gijón porque ya se perdía el partido por acumulación de amonestaciones, que colocaba a Iturraspe ante la tesitura de llevar el volante del equipo desde el mediocentro; y el gran susto de la noche, la casi sustitución de Llorente, evitada in extremis por la inusual casta del de Rincón de Soto, algo que le hizo ganar muchos enteros ante los detractores que todavía mantiene en la grada.

El partido se estiró, los zurigorris estuvieron más cómodos y, sin ocasiones excesivamente claras, se adueñaron del balón. Muniain, rendido y con algún problema, dio el relevo a Toquero, otro de los hombres de la noche, que pisó el césped cuando San Mamés comenzaba a tomar aspecto nostálgico. Y llegaron los siete minutos mágicos. La fortuna acompañó en el primer gol, pero ya se sabe que con campo rápido chutar a puerta se convierte en un infierno para defensas y porteros, y sonó el sonido del corcho saliendo del cuello de la botella.

Había que gestionar la ventaja. Y ahí se vio la metamorfosis del equipo de la mano de Bielsa. No hay mejor manera de conservar el resultado que aumentando la diferencia de goles. Toquero se reivindicó. Demostró a Bielsa que es un futbolista distinto, pero que no es solo un korrikalari, sino que tiene características que justifican su ficha en primera división. Entre ellas, además de la de llevar tatuado sobre la piel un mono de trabajo, está la de ser de los mejores centradores en carrera de la Liga. Y le regaló a Llorente, y al homenajeado Gurpegi, un balón de los que conforman gran parte de la esencia de los goles del Athletic de siempre. No defraudó Llorente, que celebró enrabietado un tanto más de cabeza que le acerca a la Eurocopa.

Tuvo más regalos el aficionado. A balón parado, la asignatura pendiente, Ander Herrera, con un balón tocado de manera soberbia, permitió que Toquero redondease su faena con un gol también con la testa. No se podía pedir mucho más. El equipo, fundido, luchó sin poder gozar de la posesión que el entrenador pretendía y que la presencia de buenos peloteros permitía, y si bien se pudo aumentar la ventaja también el Atlético hizo trabajar a Gorka.

Así se despachó a los colchoneros, ese equipo que como su club es una eterna crisis con pantalón corto lo dirija quien lo dirija, sea el actual tándem frutal (comandado por el ProfesorManzano, el ínclito Cerezo y un alcornoque como Gil Marín), chorizos tipo García Quilón o un administrador judicial.

Ahora toca recomponer las filas, demasiado escasas de personal, para Gijón con tan solo sesenta horas para la recuperación. Será difícil. El equipo acumula muchas horas de juego y pocas de descanso. Cierto es que la tendencia invita al optimismo. El estado de ánimo por las nubes, la confianza en lo que el entrenador pretende, la racha de resultados… Y lo que es más importante. Una plantilla corta en la que no se regalan oportunidades. Los futbolistas lo sabes y por ello los que disponen de menos minutos no dejan pasar las oportunidades. Le ha pasado a Aurtenetxe y ayer se aplicaron el cuento San José, Toquero y Herrera. Bielsa no regala demasiado. Buena muestra de ello fue ver a los suplentes calentar en el minuto treinta de la primera parte.

El Athletic goza de buen tono. Tan bueno, que los agoreros, los apocalípticos, parecen haber desaparecido. Quizás estén invernando.

6 comentarios:
Anonymous dijo...
28 de octubre de 2011, 10:20  

Invito a aquel ilustre opinador que hace un mes nos llamó irresponsables a los que votamos a Urrutia, tenga la dignidad de pasar ahora por aquí y nos deje su docta opinión.

Me han dicho que es un prestigioso y exitoso vendedor de bisoñés en Frankfurt, menos mal que le va mejor en ese negocio que hablando de fútbol.

Gontzal dijo...
28 de octubre de 2011, 10:28  

Dada la bipolaridad del presunto sujeto mencionado, ahora mismo se encontrará fundando la peña "Martxelo Bielsa-Frankfurt".

¿Se conoce si usa la mercancía que comercializa?

Anonymous dijo...
29 de octubre de 2011, 11:00  

De igual manera que en el inicio de temporada dije que lo que estábamos viviendo era espantoso e indigno de la calidad de esta plantilla, hasta tal punto de ofrecerme voluntario para comprar el boleto Madrid - Rosario para el Sr. Bielsa, debo ahora reconocer que me han gustado y mucho los últimos partidos. Le queda sin embargo a Marcelo aún mucho camino por recorrer y como ya he dicho en más de una ocasión, con la mejor plantilla de los últimos 15 años sólo valen clasificaciones europeas y una gesta en Copa que pasa al menos por alcanzar las semifinales. Todo lo demás no vale para nada. Más aún si cabe con lo fácil que se esta poniendo esta temporada después del nivel exhibido hasta la fecha por los Villareal, Atletico Madrid y me atrevería a decir incluso Valencia.

Mañana hay que ganar al Sporting y reventar el próximo sábado San Mamés.

Bartolo

Anonymous dijo...
30 de octubre de 2011, 0:10  

Luego pensarás que lo que hizo Caparrós el año pasado, jugando casi en exclusiva la Liga, contra equipos que juagaban UEFA, no fue sino lo mínimo a lo que estaba obligado, es así, ¿No?

Decía Caparrós en Mayo, "hay 4 equipos muy superiores, (Barcelona, Real Madrid, Valanecia, Villareal) y entre el resto 5º al 20º apenas hay diferencias, todo se decide por pequeños matices" Yo no comparto para nada lo que dijo, sin duda era para darse más mérito, supongo que tú tampoco lo compartes no? Luego coincidimos en que la temporada pasada simplemente cumplió con lo que debía, eso sí, con un fútbol, salvo un par de meses de temporada, paupérrimo, lo cual para mi es un aspecto fundamental.

Este año me lo estoy pasando muy bien.

Rosa dijo...
31 de octubre de 2011, 0:57  

Seré breve. Caparrós=Mierda. Bielsa=Dios.

Hasta luego.

Gontzal dijo...
31 de octubre de 2011, 10:06  

Yo disfruto este año, aunque en Gijón se acusó en exceso las apreturas del calendario, maximizadas por la vendetta de Roures, Tebas y Astiazaran.

Me parece curioso, por no ser dañino en la adjetivación, que a Bielsa se le exija ahora no sólo mejor juego sino réditos deportivos, tras cuatro años de negación, de ausencia de metas, de escuchar aquello de que bastante hacemos con lo que tenemos.

Tampoco llegarían hasta donde llega Rosa. Ni calvo, ni dos pelucas.

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