¿Clasificación amigo?

AHZ - 04 noviembre 2011

Quedó un sabor agridulce tras el partido. El Athletic consiguió un objetivo deportivo importante que conlleva un premio económico vital para la entidad, pero dejó sobre el terreno de juego excesivos interrogantes. Como no nos vamos a convertir al resultadismo de la noche a la mañana, habrá que reseñar que los de Bielsa lograron un triunfo sustentados en los aciertos de Iraizoz, ciertas dosis de fortuna y en la evidente diferencia de potenciales existente entre la Liga BBVA y la austriaca. El partido tuvo dos caras, una digna, la primera, y otra preocupante, la segunda, en la que los rojiblancos pagaron, de nuevo, la concentración de partidos en escasos días y, principalmente, sus imprecisiones. Con todo a favor, marcador y un ramillete de jugadores llamados a manejar los encuentros con posesión y pases tranquilos, los de Bielsa disputaron los minutos más alejados del manual de su entrenador en lo que va de temporada. Abusaron de los balones en largo de manera incoherente y apresurada, y fueron incapaces de mantener el control del balón, de entregar pases en ventaja a los compañeros y de dar temple al juego. En la primera el partido estuvo más abierto, se consiguió enlazar y si no se produjeron excesivas jugadas reseñables fue porque ni de Marcos o Herrera tuvieron el mejor de sus días y porque Susaeta se empeñó en sacar matrícula de honor en desacierto. Será difícil que el de Eibar pueda volver a igualar el ratio de pases finales fallados en Austria. Con Javi Martínez recuperado, pero para jugar de central, Iturraspe volvió a coger la manija y su juego fue fiel reflejo del del grupo: buena primera parte y naufragio posterior. Tuvo que ser sustituido para no ser expulsado puesto que fue superado en la segunda mitad, cuando el Salzburgo apostó por pisar el acelerador en la parcela ancha. No funcionó, tampoco, la banda derecha. Ni en la posición de volante derecho, por lo ya mencionado, ni en el lateral, donde Iraola cotiza a unos niveles impropios de alguien que quiere aspirar a la internacionalidad continuada. Su homólogo zurdo, Aurtetxe, sufrió igualmente en exceso. Las noticias positivas, que las hay, vinieron por la asociación de Muniain, que sigue demasiado justo, con Ander Herrera. Se entienden en todos los órdenes y fruto de ello llegó una jugada magistral. Iker, que aprendió a robar balones en el fútbol de la calle, asistió al pie a Herrera para dar mayor mérito al desmarque de ruptura de éste, que chutó a puerta como se debe, al segundo palo y sin dar opciones al portero. Cuando ambos se recuperen, solo pueden esperarse noticias positivas de esa sociedad. También es positivo que el Athletic haya encadenado, en temporada alta de competición, nueve partidos sin conocer la derrota. Unos con más mérito y fútbol que otros, pero dando siempre muestras de ir paso a paso avanzando en la formación de algo que invita a la ilusión. Pronto tendrá un paréntesis liguero para poder recuperar unos pulmones que necesitan aire, aunque antes deban dar cuenta de uno de esos exámenes ante los que siempre hay mucho más que ganar que perder. No llega el Barça en un momento propicio, cierto, pero un San Mamés abarrotado debiera dar alas a un equipo al que la racha y el orgullo seguro que llevan a intentar reivindicar una apuesta que les está revalorizando para el fútbol.

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